Comunión - Regina Carmeli -

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"...En el centro de mis recuerdos alegres y hermosos, está este pensamiento -el mismo que ha dicho ya vuestro portavoz-: comprendí que Jesús entraba en mi corazón, que me visitaba precisamente a mí. Y, junto con Jesús, Dios mismo estaba conmigo. Y que era un don de amor que realmente valía mucho más que todo lo que se podía recibir en la vida; así me sentí realmente feliz, porque Jesús había venido a mí. Y comprendí que entonces comenzaba una nueva etapa de mi vida —tenía 9 años— y que era importante permanecer fiel a ese encuentro, a esa Comunión. Prometí al Señor: "Quisiera estar siempre contigo" en la medida de lo posible, y le pedí: "Pero, sobre todo, está tú siempre conmigo". Y así he ido adelante por la vida. Gracias a Dios, el Señor me ha llevado siempre de la mano y me ha guiado incluso en situaciones difíciles. Así, esa alegría de la primera Comunión fue el inicio de un camino recorrido juntos. Espero que, también para todos vosotros, la primera Comunión, que habéis recibido en este Año de la Eucaristía, sea el inicio de una amistad con Jesús para toda la vida..."

Catequesis, que en forma de coloquio espontáneo, dirigió Benedicto XVI a unos cien mil niños que hicieron en el año 2005 su Primera Comunión, en un encuentro celebrado en la plaza de San Pedro del Vaticano el 15 de octubre por la tarde.

Hemos empezado un nuevo curso escolar, y esto supone entrar en una planificación en la que no sólo las actividades escolares, sino también las extraescolares – encaminadas a completar la formación de nuestros hijos – ocuparán un tiempo importante en la vida de un niño.

Los niños se van formando poco a poco en los fundamentos de la fe o iniciación cristiana que se completará con el sacramento de la Confirmación-. Este proceso puede resultar largo, pero no menos enriquecedor, tanto para la vida de fe del niño, como para la familia que lo acompaña y la Comunidad Cristiana que lo acoge.

La Primera Comunión es un momento importante en la vida de fe de un niño porque es cuando, de forma más consciente, va a experimentar en él, por primera vez, la presencia y amistad de Jesús. Los padres que tienen como meta el que su hijo crezca no sólo en estatura, sino también "en sabiduría y en gracia ante Dios y los hombres", aprecian este tiempo y lo estiman necesario para que la "semilla" que se plantó en su bautismo empiece a dar sus frutos, tales como: el descubrir que la vida es un regalo de un Dios Padre, que nos la da por amor y para amar; el conocer a Jesús, ese Dios cercano, hecho hombre que nos dice cuánto nos quiere, en la cruz; el descubrir que la eucaristía es el "sello" de este amor ; el vivir la alegría del perdón y el ser capaz de perdonar a los demás …

Los niños se miran en el espejo de sus padres. Si ven que sus padres valoran la catequesis como fundamental para su formación, anteponiéndola a otras actividades, si es necesario, también ellos la valorarán igualmente y serán capaces de defenderla ante posibles ataques ambientales. Los padres son en esta edad, la seguridad y el referente de los hijos. Por eso es importante que se interesen por todo lo que concierne a la catequesis: conociendo y contando a los catequistas cómo es su hijo, preguntándole al niño sobre lo que hablaron hoy en la catequesis, acompañándolo a la misa dominical, participando en las reuniones de padres que se organizan , etc…

El plan de Dios es que todo el mundo lo conozca a Él, y conozca el amor con que nos ama. La catequesis es el medio idóneo donde un niño puede conocer, vivir y celebrar la presencia del amor de Dios en él.

Fuente: http://bpf.laiconet.es

Página web de la Parroquia de San Pedro Apóstol de Paterna: www.sanpedro.paterna.biz


 
 
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